Este libro explora la faceta menos conocida de Salvador Dalí, su interés por la espiritualidad y cómo influyó en su obra. A menudo se ignoran los muchos ámbitos en que trabajó Salvador Dalí, una de las figuras más discutidas del siglo XX. El artista catalán se interesó en la pintura, la escultura, el grabado, la ópera, la literatura, la publicidad, la danza, e incluso en el gran teatro de la vida. Asimismo, Dalí fue un teórico que no dejó de interrogarse sobre los procesos de creación y de conocimiento: a lo largo de los años desarrolló un imaginario que, pese a sus cambios, siguió siendo coherente, y confirió al conjunto de su obra una unidad inesperada.