Wayne Banstead, un quinceañero con inclinaciones por el hurto, es expulsado de la escuela. Para él, esto es algo normal, ya que considera el apodo de "ladrón nato" como un cumplido. Sin embargo, sus padres, exasperados, lo envían a la Gafin School, una "escuela especial para estudiantes especiales" que alberga a una gran cantidad de "chicos difíciles": ladrones, matones, pirómanos, exhibicionistas. En resumen, lo peor de lo peor. El cuerpo docente tampoco es lo que uno esperaría encontrar en una escuela, y ciertamente no se puede decir que en Gafin se sigan los métodos de enseñanza tradicionales: en lugar de intentar rehabilitar a los jóvenes alumnos, los profesores prefieren enseñarles cómo salirse con la suya. El caso es que nada es lo que parece en la nueva escuela, y pronto Wayne y sus compañeros se verán envueltos en un peligroso atraco. Y lo que parece una aventura emocionante corre el riesgo de convertirse en una pesadilla.