En 1810, Napoleón está decidido a conquistar Portugal y expulsar a los británicos de vuelta al mar, por lo que envía al ejército más grande a través de la frontera española. Entre la frontera portuguesa y la victoria aparentemente segura de Napoleón se encuentran dos obstáculos: una tierra devastada, despojada de alimentos por orden de Wellington, y el capitán Richard Sharpe. Sharpe está en problemas, amenazado desde dentro y desde fuera: primero por un oficial británico incompetente, y un peligro aún mayor es el que representan dos hermanos portugueses corruptos. Sharpe y sus compañeros traman una fuga audaz, asegurándose de que Ferragus los siga hacia Lisboa, hacia las fauces de una trampa tendida por Wellington: las líneas masivas de Torres Vedras, una última resistencia audaz e ingeniosa contra los invasores. Allí, bajo los cañones británicos, Sharpe se reencuentra con su compañía destrozada pero agradecida, y se enfrenta a sus enemigos en una lucha emocionante y decisiva.