Tras un triste acontecimiento, Elfrida siente la necesidad de huir de sus recuerdos y abandona Londres para siempre. Busca refugio en un pequeño pueblo del condado de Hampshire, donde pronto encuentra la paz deseada en compañía de su fiel perro Horace. Los vecinos la acogen bien, en especial los Blundell, que la agasajan como a una vieja amiga, demostrándole una inusitada generosidad y un cálido afecto. Sin embargo, cuando parece haber hallado todo aquello que ansiaba, una tragedia inesperada provoca un nuevo cataclismo en su vida. Ahora, el destino la lleva a una enorme casa en tierras escocesas, donde un variopinto grupo de personas se congregan, cada cual con sus propios anhelos y desdichas, todos supervivientes de una vida marcada por las desgracias y los contratiempos. Los allí reunidos se preparan para celebrar la Navidad, unidos por una estrecha amistad y, algunos, embarcados por un verdadero amor.