Gemma, una adolescente británica que vive en la ciudad, es secuestrada durante unas vacaciones con sus padres. Su secuestrador, Ty, la lleva a las tierras salvajes del interior de Australia. Para los ojos urbanos de Gemma, el paisaje es duro e implacable y no hay otros signos de vida humana en cientos de kilómetros a la redonda. Aquí no hay escapatoria. Gemma debe aprender a lidiar con su situación, o morir intentando luchar contra ella. Ty, un joven, tiene otras ideas para ella. Su experiencia infantil de vivir en el interior de Australia ha cambiado para siempre la forma en que ve las cosas. Pero él también ha estado viviendo en la ciudad; la ciudad de Gemma. Sin embargo, a diferencia de Gemma, él ya ha tenido suficiente. En el interior de Australia ve una oportunidad para un nuevo tipo de vida; una vida más conectada a la tierra. Ha estado observando y aprendiendo sobre Gemma durante muchos años; cuando la secuestra, su plan finalmente comienza a tomar forma. Pero Ty no es un secuestrador estereotípico y, con el tiempo, Gemma llega a ver a Ty bajo una nueva luz, una luz en la que es algo más sensible. Los misterios de Ty, y el misterio de su nueva vida, comienzan a afianzarse. Ella comienza a sentir algo por su secuestrador cuando se despierta gritando en la noche. Con el tiempo que pasa con su captor, la apreciación de Gemma por él se convierte en lo que podría denominarse síndrome de Estocolmo.