Gemma no quería un marido, pero sí deseaba tener un hijo. Bart Rule, según Gemma, era el candidato perfecto para ser el padre. Sin embargo, iba a ser complicado. Bart era un hombre rico, frecuentemente asediado por cazafortunas. Gemma tendría que dejar muy claro que no estaba tras su dinero ni su nombre. Pretendería ser una mujer de mundo experimentada, una mujer promiscua acostumbrada a muchas parejas, y Bart sería solo uno más en una larga lista de hombres. Pero entonces, su pequeño y tortuoso plan comenzó a salirle mal... cuando Bart la engañó para que revelara su plan.