Simón se ve obligado a quedarse en casa debido a una pierna rota, enfrentándose a la soledad tras el abandono de su padre y la ausencia de su madre, quien trabaja. El sonido del timbre del teléfono y de la puerta marcan el ritmo de su día, hasta que la llegada del cartero con unos documentos le hace sospechar sobre el divorcio de sus padres. Un relato original que resalta valores como la valentía y la cautela ante el peligro, así como la importancia de ayudar a quienes lo necesitan.