Tras perder la vista y el futuro que soñaba, Maggie, de diecisiete años, conoce a la única persona con la capacidad de ayudarla a ver todas las posibilidades que aún le ofrece la vida. Una novela sobre los desafíos de la vida, la familia y el primer amor. Maggie tendrá que acostumbrarse a su nuevo colegio, a su nuevo estado, a su nueva vida. Eso le dicen todos. Pero la verdad es que nada va bien desde que una grave enfermedad le arrebató el sentido de la vista. No, Maggie no quiere acostumbrarse. Hasta que sufre una aparatosa caída y se levanta con un chichón y algo mucho más alucinante: la visión. Bueno, no la visión, exactamente. Más bien la capacidad de ver a Ben, un niño de diez años distinto a todas las personas que ha conocido. Y mientras Maggie intenta averiguar por qué su recién recuperada vista se limita únicamente a Ben, descubrirá algo mucho más importante: a veces, las cosas que creíamos perdidas no lo están en realidad. Solo tenemos que aprender a mirar con otros ojos.