En este clásico, el cardenal Newman plantea preguntas esenciales sobre el propósito de la educación, el significado de ser educado, el papel de una universidad y la relación entre el aprendizaje y la vida en la sociedad. También explora la relevancia del catolicismo en este contexto. Publicado por primera vez hace más de un siglo, este libro sigue siendo una obra fundamental para aquellos interesados en la relación entre religión, aprendizaje, cultura y política.