En 1788, Daniel Rooke, un teniente de la Primera Flota, llega a las costas de Nueva Gales del Sur. Allí, establece un observatorio para cartografiar las estrellas, pero descubre que la tierra es mucho más reveladora que el cielo nocturno. En su aislamiento, Rooke conoce a los aborígenes locales y establece una conexión especial con una niña, cambiando su vida para siempre. Basada en hechos reales, esta novela narra la amistad entre Rooke y la niña aborigen, desafiando las barreras lingüísticas y culturales.