En esta novela de Margaret Drabble, Frieda Palmer, una abuela inglesa excéntrica y adinerada, decide vender la casa familiar para vivir como una ermitaña. Sus hijos, preocupados por su bienestar y la herencia familiar, intentan comprender sus motivaciones y lidiar con las consecuencias de su decisión. La historia explora temas de familia, independencia y las complejidades de las relaciones intergeneracionales en el contexto de la sociedad inglesa contemporánea.