En un aislado y ascético lugar, mitad ermita mitad hotel, se reúnen los jerarcas de la política, la industria y la Iglesia para meditar. Sin embargo, la paz de este retiro se ve interrumpida por una serie de misteriosos asesinatos. Leonardo Sciascia utiliza la novela policiaca para trazar una metáfora corrosiva del poder, exponiendo cómo la convivencia civil se corrompe en la experiencia de la injusticia y los intereses turbios.