En 'Tom est mort', Marie Darrieussecq narra la historia de una madre que intenta reconstruir los recuerdos de su hijo fallecido, Tom, quien murió a los cuatro años y medio. A través de una prosa íntima y conmovedora, la autora explora el dolor, la memoria y la búsqueda de sentido tras la pérdida. La novela se desarrolla en un estilo introspectivo, donde la protagonista, una francesa exiliada en Australia, se enfrenta a la tarea de escribir sobre la vida y la muerte de su hijo, intentando capturar la esencia de su existencia y el impacto de su ausencia.