Lara Bradley se sintió sin aliento cuando Gabriel Devenish reapareció en su vida, trayendo consigo una mezcla de emociones. El hombre que Lara tenía delante ya no era el objeto de sus deseos adolescentes, sino un hombre duro, distante y cruel. Gabriel sabía que debía alejarse de Lara y demostrarle que los finales felices con él eran imposibles. Sin embargo, al intentar mostrarle lo inadecuado que era para ella, se dio cuenta de lo que Lara le hacía sentir, amenazando así los cimientos del muro que él mismo había construido alrededor de su corazón.