En un pueblo holandés hace cien años, Fine, de 11 años, debe trabajar como sirvienta en la ciudad porque su padre se ha lesionado y no puede trabajar. Le resulta difícil encajar en el hogar burgués y no puede acostumbrarse al trato injusto y a menudo humillante que sus amos dan a los sirvientes. Un día, se produce una discusión y Fine decide huir. Esta es una historia sobre la dura realidad del trabajo infantil y la lucha por la dignidad en el siglo XIX.