Este libro de poesía infantil, escrito por Carlos Murciano e ilustrado por Fernando Gómez, está imbuido de un espíritu lúdico que invita a disfrutar de la creación de palabras y a reconocer estrofas populares con un nuevo sentido. Los poemas, llenos de gracia y ligereza, también dejan entrever una voz más profunda, conectada con sentimientos melancólicos y reflexiones filosóficas. Publicado por Hiperión en 1996, este libro de 80 páginas pertenece a la colección Ajonjolí.