Manuel se encuentra conmocionado por la muerte de don Mauricio, quien aparentemente se ha quitado la vida. Sin embargo, Manuel se niega a creer que se trate de un suicidio, ya que don Mauricio amaba los pequeños placeres de la vida y sentía una gran pasión por su colección de sellos. Manuel está convencido de que don Mauricio ha sido asesinado, especialmente porque el sello más valioso de su colección, la Dama de Elche, ha desaparecido misteriosamente. Decidido a descubrir la verdad, Manuel se embarca en una investigación solitaria para encontrar al culpable, sin importar que nadie más comparta su opinión.