En la Norteamérica colonial del siglo XVII, una mujer negra toma una decisión desgarradora: entregar a su hija Florens para salvarla de un amo cruel. Este acto de aparente misericordia marcará el destino de Florens, quien crecerá en una plantación de azúcar al cuidado de otras esclavas, luchando por comprender el abandono de su madre. A través de un viaje lleno de amor, rabia y nostalgia, Toni Morrison explora las profundidades de la esclavitud y los lazos que unen a amos y esclavos, ofreciendo una reflexión sobre la posesión y el deseo en un mundo en constante invención.