En la isla de Formentera, durante los años 80, el gendarme francés Clet Postec regresa para asistir al entierro de su suegro, un excomandante de la policía local. Una tormenta aísla la isla y el cuerpo de una mujer francesa aparece en la costa. Postec, convencido de que se trata de un homicidio, decide investigar por su cuenta, descubriendo secretos y la violencia oculta tras la aparente tranquilidad del lugar. A través de una trama policial intimista, Jean-Pierre Lefebvre explora los encantos de la isla y denuncia los estragos de la especulación inmobiliaria y la corrupción.