En el desolado Madrid de la posguerra, un joven sacerdote polaco llamado Stefan Berman llega como refugiado, acogido por la Iglesia católica. En un contexto de intransigencia religiosa, se ve envuelto en maquinaciones políticas, delación y chantaje, arrastrándolo a una serie de eventos que no puede controlar. En su doble vida como agitador político clandestino y hombre religioso, desarrolla una amistad con Leopoldo Eijo Garay, el obispo de Madrid, conoce a la hija de un militar afín al régimen y se enfrenta al comisario Casado. Esta novela de Javier Reverte ofrece una audaz perspectiva de la historia reciente, la memoria y la identidad española.