Los cuatro niños Walker nunca tuvieron la intención de ir al mar. Le habían prometido a su madre que se quedarían a salvo en el puerto y que llegarían a casa el viernes a tiempo para el té. Pero allí están, en el barco de otra persona, a la deriva en el mar en una espesa niebla. Cuando la niebla se levanta, pueden darse la vuelta y regresar al puerto. Pero entonces llega el viento y la tormenta, que los arrastra aún más a través del frío Mar del Norte...