En la década de 1930, en una pequeña aldea de Tartaria, Zuleijá vive con su rústico marido, treinta años mayor, y su suegra, quien la castiga por no darle nietos. La educación de Zuleijá la mantiene en un estado de servidumbre, sin desear una vida diferente. Sin embargo, una serie de eventos la sacan de su entorno familiar y la llevan a un mundo más amplio y diverso, lleno de personas de diferentes orígenes y creencias, lo que la lleva a cuestionar sus creencias arraigadas. Con el tiempo, este exilio forzoso le permite a Zuleijá dar y recibir afecto, tener un hijo e incluso decidir su propio destino. Guzel Yájina recrea distintas voces y relata el despertar de una mujer cuya historia ha conmovido a muchos lectores en todo el mundo.