Hermoso divit, tintero otomano del siglo XIX, elaborado en bronce o latón y decorado en la parte inferior con motivos grabados. Esta pieza única presenta una bella pátina antigua que realza su carácter histórico y estético.
Diseñado para acompañar a escribas y funcionarios en sus desplazamientos, este tipo de tinteros eran herramientas portátiles de escritura. Cuenta con un compartimento alargado para las plumas y un tintero cuadrado anexo con tapa articulada para la tinta, le falta la tapa del compartimento de las plumas (ver fotos). Presenta signos del paso del tiempo, propios de su antigüedad, que añaden autenticidad y encanto.
El divit —también conocido como qalamdan en el mundo persa— fue una pieza esencial en la vida administrativa y cultural del Imperio Otomano. Utilizado desde el siglo XVII hasta bien entrado el XIX, acompañaba a escribas, calígrafos, jueces y diplomáticos en sus tareas diarias. Su diseño compacto permitía llevar consigo las herramientas básicas de escritura: plumas de caña (qalam) y tinta sólida o líquida.
Más que un simple objeto funcional, el divit era símbolo de estatus y erudición. Muchos estaban decorados con grabados florales, geométricos o incluso con la tughra, el monograma imperial del sultán. Esta pieza, aunque sencilla, refleja el refinamiento artístico y la importancia de la escritura en la cultura islámica.
El uso del divit se extendió por regiones persas, árabes y balcánicas, lo que explica su presencia en colecciones vinculadas al antiguo Imperio Persa. Hoy en día, estas piezas son altamente valoradas por coleccionistas, historiadores y amantes de la caligrafía.
Una joya histórica que aporta elegancia, distinción y profundidad cultural a cualquier colección o espacio decorativo.
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