Precioso juego chocolatero de Capeans de los años 70s con batidor para 6 servicios.
En 1957 un vecino de Noia abrió en Madrid un pequeño taller que, años más tarde, se convertiría en la prestigiosa firma Capeáns La familia de José González Capeáns trasladó su residencia de Noia a la urbe de Vigo cuando el empresario contaba sólo tres «primaveras». Este aventajado alumno de Dibujo, asignatura en la que obtenía sobresalientes, inició su singladura en el mundo de la porcelana a los quince años en la ciudad del Lérez y de la mano del grupo empresarial Álvarez, donde se formó como diseñador y decorador a mano. En 1955, aterrizó en Madrid y, dos años más tarde, fundó la compañía Capeáns, concebida inicialmente como un pequeño taller, que se convertiría con el paso del tiempo en una sociedad sinónimo de calidad y prestigio.En sus inicios en la urbe madrileña, el taller nutre de vajillas, juegos de café y otras piezas de menaje al complejo Galerías Preciados. En esa etapa, ganó muchos puntos de ventaja respecto a sus competidores, cuando fue requerido por su dominio de la técnica del esmalte rojo, para pintar a mano la vajilla que se utilizó en la ceremonia de la puesta de largo de la nieta del afamado financiero mallorquín Juan March.
Progresivamente, su cartera de clientes fue engordando con encargos, entre otras muchas entidades y empresas, de la red de Paradores Nacionales de Turismo. Curiosamente, su fábrica madrileña fue, en 1986, la primera de la península Ibérica en implantar una máquina isostática para la fabricación de platos, a la que se añadieron después otros tantos sistemas de tecnología avanzada. Los artículos con el sello Capeáns se abrieron hueco, también, en el mercado internacional, en naciones como Estados Unidos y Francia.