Descripción
Se presenta un relicario portátil de época decimonónica con medallón ovalado que enmarca una pintura miniatura de San Luis Gonzaga como joven jesuita. La figura aparece con túnica blanca, cuello y puños negros, sosteniendo un objeto (posiblemente un lirio ennegrecido o palma de santidad), típico atributo iconográfico. El reverso conserva un sello de lacre rojo que aseguraba la reliquia en su interior.La pintura, a pesar de los siglos, conserva la expresividad del joven santo, mostrando su semblante sereno y sus atributos característicos. Al abrirse, el relicario revela la ingeniosa construcción interna, con la miniatura anclada y una cavidad destinada a la reliquia, todo ello encapsulado en un marco metálico que exuda la pátina del tiempo.
Contexto hagiográfico: San Luis Gonzaga
San Luis Gonzaga (1568–1591), noble italiano de la familia de los Gonzaga, ingresó en la Compañía de Jesús a los 17 años y se destacó por su profunda devoción y vida de penitencia. Durante la epidemia de peste de 1591 en Roma, cuidó a enfermos en el hospital romano de Santa María de la Consolación, contrayendo la enfermedad que le causó la muerte a los 23 años. Fue canonizado en 1726 por Benedicto XIII y es venerado como patrón de la juventud, de los estudiantes y de la pureza cristiana. Su iconografía suele incluir el lirio, símbolo de castidad, y el hábito jesuita, como refleja este relicario miniatura.
Características:
Época: Siglo XIX (S.XIX).
Estilo o Escuela: La miniatura se enmarca dentro del arte devocional católico popular o conventual del siglo XIX. Aunque no se adscribe a una escuela pictórica de alta academia, refleja las convenciones de la iconografía religiosa tradicional, caracterizadas por la búsqueda de una expresión de piedad y una representación reconocible del santo.
Materiales:
Medidas:
Dimensiones exteriores: 4,2 × 5 cm (caja),
Grosor: 0,8 cm.
Estado de Conservación: El relicario se encuentra en un buen estado de conservación general para su antigüedad. El marco metálico presenta la pátina característica del paso del tiempo y cierto desgaste superficial, propio de un objeto devocional que pudo haber sido portado. La miniatura de San Luis Gonzaga, aunque algo oscurecida por los años, conserva su detalle y la expresividad del rostro. Lo más notable es la presencia del sello de lacre en el reverso, lo que es crucial para su valor como relicario y autentificación histórica. La estructura del relicario es sólida y funcio