Este tipo de relicarios se fabricaban en conventos y talleres eclesiásticos entre los siglos XVIII y XIX, a veces ya en el XIX tardío o inicios del XX, para uso devocional privado de clérigos, religiosas o familias nobles. El hecho de reunir tres reliquias vinculadas entre sí (Sales, Chantal y Alacoque, todos relacionados con la Orden de la Visitación) refuerza el carácter conventual y devocional del objeto.