Magnífica urna-relicario de propiedad particular, realizada en madera tallada, dorada, estofada y policromada, y destinada a albergar una miniatura de San Miguel, llevada a cabo con los mismos materiales y técnicas. En la parte superior se ubica un hueco, posiblemente para albergar una reliquia.
Esta urna-relicario es una pieza barroca, de autoría anónima y atribuible a la escuela sevillana del siglo XVIII. Sus dimensiones son 91 cm de altura, 45 cm de ancho y 23 cm de profundidad en sus vértices máximos. Cuando llegó al taller malagueño, presentaba un estado de conservación muy malo.
Pieza única